Colin Angle, uno de los padres de la robótica: «Construí mi primer robot con dos años»

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Colin Angle, considerado uno de los padres de la robótica, estuvo hace unos días en Madrid para presentar su nuevo proyecto, iRobot, y El Mundo tuvo la oportunidad de entrevistarle. En ConMasFuturo.com  hemos querido compartir con todos vosotros algunas de sus interesantes reflexiones sobre el mundo de la robótica y su temprana vocación.

Colin se presenta en la entrevista como un tipo normal, un hombre que tuvo suerte en la vida, pero en realidad es considerado uno de los padres de la robótica. Su nombre está en Marte y el primer robot que construyó en el Massachusetts Institute of Technology (M.I.T) de Boston  se expone en el Museo Smithsonian de Washington. Actualmente, es presidente y consejero delegado de iRobot, una corporación privada dedicada al diseño de dispositivos robóticos para empresas, hogares e instituciones. Lo más interesante de la vida de Colin Angle es que el apelativo de genio de la robótica se lo ganó cuando era muy pequeño y sólo tenía dos años.

Colin cuenta en la entrevista como comenzó su vocación por la robótica y la construcción de mecanismos tecnológicos. Un día, se rompió el baño de su casa y su madre llamó a un fontanero pero él, ni corto ni perezoso y con tan sólo dos años le dijo: «No no, yo tengo un libro que explica cómo funcionan los retretes. Si me lees las palabras yo lo arreglo. Ella me leyó el libro y yo solucioné la avería.” Y añade que cuando fue creciendo empezó a construir mecanismos más complicados como poleas o grúas que levantaban cosas. “Una vez creé un brazo mecánico para que me levantase los refrescos de la mesa. ¡Aterrorizaba a mi madre con esto! No sé si a esto puedo llamarle robots, pero sé que me encanta construirlos.”

Para el genio de la robótica, es importante que los niños exploren y encuentren aquello que les apasione. Además, cree que el apoyo de los padres en la vocación de sus hijos es fundamental, aunque no siempre estén de acuerdo con lo que están haciendo o para qué lo están haciendo.

«Los niños tienen que explorar y encontrar aquello que les apasiona. En mi caso, mis padres se dieron cuenta de que me gustaba construir cosas y, aunque no tenían mucho dinero, encontraron la manera de conseguir materiales para que me fabricase juguetes. Si yo cogía la enciclopedia y encontraba un artículo que describía cómo construir un motor y me hacía falta hierro, alambre de cobre o rodamientos, me iba a buscar a mi madre con una lista de la compra. Ella me apoyaba y yo pude aprender.”

Después, Colin Angle recuerda sus inicios en el mundo de la robótica profesional. «El primer robot que construí en el M.I.T fue Genghis, tenía 6 patas y podía caminar. Se hizo muy famoso porque hacer andar a un robot era entonces uno de los mayores retos de la robótica. Con Genghis, mi profesor consiguió una cátedra, yo conseguí que me admitieran en la escuela de posgrado y me nombrasen el mejor alumno del grado y el robot consiguió estar en el Museo Smithsonian.” Al terminar su máster en el M.I.T, fundó la empresa iRobot junto a su profesor.

Robot Genghis

Por último, Angle habló sobre el avance de la robótica y el gran reto al que se enfrentará en el futuro. Para él, se ha avanzado mucho en inteligencia artificial gracias a las compañías tecnológicas que desarrollan dispositivos móviles. «Antes, por ejemplo, el reconocimiento de voz era trabajo de la robótica, ahora es de los smartphones. Ellos solucionaron el problema y ahora se utiliza en robots. La combinación de estas compañías y de otras como iRobot ha hecho posible que los robots sean más inteligentes. Pero, lo que realmente necesitan los robots es el contexto.” 

¿A qué se refiere con contexto? A que un robot puede reconocer las palabras cuando le dices “ve a la cocina y tráeme un refresco”, pero no sabe lo que es la cocina. “Los robots necesitan comprender el mundo. Podemos mapear nuestra casa y explicarle al robot cómo se llama cada estancia. Entonces esto ya tiene más sentido para él. Cuanto más entienda el mundo en el que vive, más cosas podrá hacer. Tenemos que tener en cuenta que los robots no saben nada, por eso hay que construirlos teniendo clara su tarea y enseñarle lo que necesita para funcionar correctamente. Hay que hacer robótica fácil de comprender.”

Sin duda, una historia de lo más inspiradora y que nos demuestra que los niños y niñas pueden encontrar su vocación en cualquier momento. Algo que en ConMasFuturo.com tratamos de fomentar con nuestras clases de programación. Sólo hay que dejar que los niños y niñas experimenten y se diviertan con lo que más les gusta para que encuentren aquello a lo que se quieren dedicar en el futuro.

By | 2018-04-19T15:54:14+01:00 11 de noviembre de 2015|